Dr. Gustavo Vargas
La editorial en esta oportunidad es para comentar una serie de noticias sobre lo que se está llamando “La revolución automotriz en México”.
La empresa coreana KIA filial de Hyundai. Anunció que invertirá en México 1,000 MdeD y sus proveedores otros 1,500 MdeD. Hyundai es el primer fabricante de autos en Corea, y el segundo mayor conglomerado de empresas de ese país después de Samsung. Es el segundo mayor fabricante de autos de Asia y el quinto a nivel mundial. La inversión de esta empresa forma parte de una oleada de inversión en esta industria en México: en 2012 Nissan-Renault invirtió 2,000 MdeD; Ford, 1,300 MdeD; en 2013 Volkswagen 1,300 MdeD; en 2014 Nissan-Daimler 1,300 y ahora KIA 1,000 MdeD. Esto apunta a confirmar que la industria automotriz se transforma en un motor de le economía mexicana y la región central de México en el nuevo Detroit de América.
Una de las debilidades del mercado automotriz nacional ha sido su bajo nivel de ventas de autos nuevos, que sumaron 1 millón 063,000 unidades en el 2013, y las importaciones de automóviles usados, que ascendieron en ese mismo año a cerca de 650,000 unidades.
Una de las ventajas en contraste es que el 10% de automóviles ligeros vendidos en Estados Unidos son fabricados en México y 89 de las 100 principales empresas de autopartes a nivel mundial cuentan con presencia productiva en el país. Sin embargo existen señales de recuperación del mercado. En los primeros cinco meses del año la producción y exportación de vehículos ensamblados en México alcanzó un nuevo récord histórico, al fabricarse un millón 310 mil 250 unidades, de las cuales 83 por ciento se destinaron para el mercado externo y 17 por ciento restante corresponde a unidades para el mercado nacional. Este es el mayor nivel de ventas registrado de enero-mayo desde 2004. De enero a julio la tendencia continuo, se produjeron un millón 857,228 vehículos, lo cual equivale a un crecimiento de 7.5%, Las exportaciones suman un millón 505,505 unidades lo que implicó un aumento de 11.2 por ciento.
La competencia entre los oligopolios es a nivel global y regional: Por ejemplo, General Motors Co. invertirá 2 mil 800 millones de dólares en Brasil en los
próximos cinco años, dijo la presidenta ejecutiva de la automotriz, Mary Barra. La producción de autos en USA no está cerrada a pesar de sus altos costos, por ejemplo, General Motors (GM) traslada de México a Tennessee la fabricación de su todoterreno Cadillac SRX a su planta de Spring Hill. En este contexto competitivo, la zona centro de México se ha convertido en un polo de atracción para los complejos automotrices.
La estrategia de esta empresa KIA es: a) ubicarse en Monterrey por su ubicación geográfica y conexión en transporte hacia Estados Unidos, con una capacidad de máxima de producción de 300 mil autos por año, y estará lista para 2016; b) tomar a México como plataforma de exportación y en segundo lugar como mercado de venta; y, c) Segmentar el mercado, pues en el mercado local buscará competir en el segmento de consumidores de altos ingresos que compran autos compactos y camionetas SUV. Esto se explica por el dinamismo en el crecimiento de este subsector.
Las estrategias competitivas a través de fusiones y adquisiciones, en el mercado automotriz son diversas, y toman también la forma de alianzas estratégicas, por ejemplo las automotrices Daimler y Nissan finalizaron en junio-julio un acuerdo de asociación conjunta para fabricar automóviles compactos Mercedes e Infiniti en México. La misma empresa Nissan opera como una alianza entre Renault-Nissan.
La Fusión histórica entre Fiat Chrysler es otro ejemplo de estrategias competitivas en este sector. Esta estrategia creó del conglomerado Fiat Chrysler Automóviles FCA, cuya sede central abandonará Italia y se desplazará al Reino Unido, con lo cual se convierte en el séptimo grupo de fabricación de vehículos más grande del mundo. Con esto la antigua zona industrial de Turín, donde se produjeron por décadas los principales modelos de Fiat es ya un “recuerdo”, las líneas de producción fueron desmanteladas y trasladadas a otros países como Polonia, donde la mano de obra resulta más barata. La FCA incluirá las marcas Jeep, Ram, Dodge y Chrysler así como a Fiat, Maserati, Alfa Romeo y Ferrari-Lancia.
El mercado oligopólico nacional. La entrada de KIA muestra que aún en un mercado maduro como el de la industria automotriz la competencia por la participación en los mercados rentables es muy fuerte. Actualmente el mercado automotriz nacional es de carácter oligopólico y está dominado por una docena de grandes conglomerados entre los que dominan: Nissan, VW, Hyundai, Mazda, Toyota, VMW, Mercedes Benz, Ford, Chrysler, General Motor, Fiat, y Faw, entre otras. Las importaciones están dominadas por empresas de origen Asia con 42%, del TLCAN 26%, de Europa 18% y del Mercosur 14%.
Algunas de las características de los mercados oligopólicos que la industria automotriz puede ejemplificar, son que las pocas empresas que lo conforman las cuales tienen capacidad para fijar precios. Un mercado oligopólico no es estático, es dinámico pues se pueden observar innovaciones de tipo incremental, existen proceso de copia y de difusión de la tecnología, desarrollan estrategias de financiamiento, nuevos planes y estrategias de crédito, nuevas formas de organización, sus decisiones de inversión y de sus proveedores tienen la fuerza como para crear un Clúster, pueden entrar nuevas empresas y segmentar el mercado. Grandes conglomerados pueden entrar a nuevos mercados como es el caso de KIA. Finalmente, en un mercado oligopólico global existe interdependencia, el movimiento de inversión de un conglomerado es seguido por los otros, en este caso KIA su decisión de inversión es sin duda, una respuesta estratégica en este mercado a las decisiones de inversión de las empresas automotrices que ya operan en México.
En este sentido, El mercado de autopartes se presenta como una oportunidad para la inversión, pues según ProMéxico se importa 71% de la demanda total de procesos en la industria automotriz, por lo que existen grandes oportunidades de inversión, sobre todo en estampado, fundición, forja y maquinado. Por ejemplo, Nemak, la filial de autopartes del Grupo Alfa, invertirá 100 millones de dólares para la construcción en México de una nueva planta de componentes automotrices de aluminio. A su vez, Grupo Industrial Saltillo (GIS) desembolsará 110 millones de dólares, junto con TRW Automotive Holdings, para instalar en México una planta de fundición de hierro nodular.
Nemak es el principal proveedor de cabezas de motor y monoblocks para las operaciones del Grupo Volkswagen en Norteamérica, Europa y Sudamérica, para quien desarrolla componentes para vehículos de las marcas Volkswagen, Audi, Porsche, Seat, Lamborghini y Skoda. Adicionalmente, está construyendo una planta en Rusia.
Sin duda la dinámica del mercado de automóviles en México es un buen ejemplo de un mercado oligopólico global, en el cual las grandes corporaciones crean estrategias competitivas para disputarse espacios económicos rentables.
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