El engaño en
las pruebas de emisiones no fue decisión corporativa, afirma Michael Horn al
Congreso; la mayoría de los vehículos serán reparados hasta 2017, agrega el
ejecutivo.
Jueves, 08 de octubre de 2015 a
las 14:25
Horn es el primer ejecutivo del
fabricante alemán que comparece ante el Congreso. (Foto: Reuters )
WASHINGTON (Agencias) — El engaño de Volkswagen
(VW) en las pruebas de emisiones a sus vehículos diésel no fue una decisión de
la compañía, sino el resultado de las acciones de un pequeño número de
ingenieros, dijo este jueves su máximo ejecutivo en Estados Unidos.
"Por
lo que sé, no se trató de una decisión corporativa; es algo que hicieron varios
individuos (…) Fueron un par de ingenieros de software que lo instalaron, vaya
usted a saber por qué razón", afirmó Michael Horn, presidente y presidente
ejecutivo de Volkswagen Group of America, que habló bajo juramento ante un
panel de legisladores estadounidenses que investiga las irregularidades de la
automotriz alemana.
"Estoy
de acuerdo en que es muy difícil de creer, y a mí también me cuesta
creerlo", agregó.
Más
temprano el jueves, fiscales alemanes allanaron las oficinas centrales de
Volkswagen y otras dependencias de la empresa, como parte de su investigación
para ver si la firma amañó también las pruebas en Europa.
Volkswagen
indicó que está colaborando con las pesquisas y entregó un "amplio"
abanico de documentos.
El objetivo era engañar
Michael
Horn, admitió este jueves ante un comité del Congreso estadounidense que el
objetivo del software instalado en algunos de sus vehículos
diésel era ocultar sus emisiones reales.
Horn
también afirmó que no supo hasta el 1 de septiembre de este año que los
vehículos del grupo alemán contenían el software ilegal y añadió que, hasta ese
momento, solo sabía que algunos de esos automóviles diésel no cumplían con las
normativas estadounidenses sobre emisiones.
Ante
las preguntas de los congresistas estadounidenses, el presidente reconoció que
no sabía exactamente cómo funciona el software instalado en los motores a diésel turbo
de 2 litros porque no es "un ingeniero"; sin embargo, indicó que la
compañía será capaz de reparar los vehículos afectados.
Horn
se disculpó varias ocasiones, en nombre de la compañía y sus colegas en
Alemania, ante el Comité de Energía y Comercio de la Cámara de Representantes
por el uso de este programa cuyo fin era manipular las emisiones durante las
pruebas y señaló que VW está dispuesta a "aceptar las consecuencias"
de sus actos.
Según
Horn, los responsables del engaño "serán identificados" y sufrirán
las consecuencias, pero indicó "cualquier información en este momento es
preliminar (…) Les pedimos su comprensión hasta que terminemos este
trabajo".
Fechas de reparación
Michael
Horn reconoció que la mayoría de los vehículos trucados para ocultar sus
emisiones no serán arreglados hasta 2017.
A
preguntas de congresistas de la Cámara de Representantes sobre cuándo VW
arreglará los casi 500,000 vehículos trucados, Horn admitió que, en la mayoría
de los casos, la compañía todavía no sabe cuándo lo podrá hacer, pero que
estima que llevará "más de un año, definitivamente".
Horn
explicó que tres generaciones de motores turbo diésel de 2 litros han sido
manipulados por el software ilegal para ocultar sus emisiones.
De
estas tres generaciones, solo la tercera, que corresponde a los motores
instalados en los modelos de 2015 y 2016, serán arreglados de forma sencilla
modificando su software.
Pero
Horn reconoció que en los otros dos casos, y que suponen la inmensa mayoría de
los vehículos afectados, la solución tardará más tiempo.
El
presidente admitió que el objetivo es hallar la solución para los motores de la
primera generación, que implican a "la mayor flota" de vehículos y
para los que "no hay fecha" para su arreglo.
Horn
dijo que en dos semanas VW tratará con la Agencia de Protección Ambiental (EPA)
de Estados Unidos "los escenarios" para arreglar los motores de la
primera generación.
Violación de la confianza
Horn
es el primer ejecutivo del fabricante alemán que comparece ante el Congreso
para dar explicaciones sobre este escándalo que amenaza a Volkswagen con miles
de millones de dólares en multas en Estados Unidos y, probablemente, también
con cargos criminales.
La
compañía fue duramente criticada por los legisladores cuando se inició la
audiencia en la Cámara.
"La
confianza ayudó a construir Volkswagen porque creíamos que la compañía daba
prioridad a sus consumidores", dijo el jefe del Comité, Tim Murphy. Lo que
hizo la empresa "representa una violación fundamental de la confianza del
público", añadió.
Dijo
que la Volkswagen debe responder qué sucedió, quiénes estuvieron involucrados y
por qué se tomaron estas medidas.
El
congresista Peter Welch dijo que la compañía es "el Lance Armstrong de la
industria automotriz", refiriéndose al campeón del ciclismo que luego se
vio envuelto en un escándalo por dopaje.
Argumentando
que los concesionarios de Estados Unidos ahora son rehenes de coches que no
pueden vender, los legisladores le preguntaron a Horn si la compañía planea
reemplazarlos; así como reemplazar los que ya fueron comprados.
Horn
respondió: "No. Nuestro plan no es recomprar el inventario. Nuestro plan
es arreglar los automóviles".
El
escándalo se desató el 18 de setiembre, cuando se supo que medio millón de
autos diésel de la empresa tenían ese sistema para eludir los controles
antipolución.