Mientras el escándalo por haber truqueado pruebas de emisiones continúa aumentando, le han confiado un rol como la fuerza directriz de la empresa.
Poetsch debe reparar la reputación de VW con sus consumidores, la tiene que defender contra el crecimiento del escrutinio de los reguladores y empujarla a través de fuertes reformas para adoptar una gran transparencia en la compañía conocida por su resistencia al cambio; además él va a supervisar cualquier decisión definitiva sobre si VW debe seguir con Matthias Mueller, el nombrado director ejecutivo hace cinco semanas, después de las revelaciones de que la empresa había tergiversado el desempeño de más de los vehículo de los que tenían conocimiento previamente.
“El reto para el señor Poetsch se ha complicado porque el escándalo se ha movido a otra dimensión”, dijo Ingo Speiche, fundador y manager de Union Investment, un accionista de VW.
“La expansión del escándalo muestra qué tan importante es investigar rápidamente y descubrir al responsable, y poner en lugares top a personas que no están contaminadas”.
BALANCE EN LA JUNTA
VW dijo el martes que 800 mil vehículos, incluyendo algunos con motores de gasolina y no diésel, los cuales habían sido el foco en el escándalo de emisiones, emiten más dióxido de carbono de lo que la compañía permite. A esto le siguieron reportes el lunes de que la Agencia Protectora del Medio Ambiente de EU está expandiendo la investigación para incluir a los Porsche, división que Mueller dirigía antes de llegar a la dirección general. El mes pasado, la compañía dijo que llamaría a 11 millones de vehículos para que el software diseñado para truquear las pruebas de emisiones fuera arreglado.
Poetsch, fue elegido para dirigir la compañía en septiembre, antes de que el escándalo por emisiones se volviera público, y se mantuvo en la posición aunque el problema le costó su trabajo al entonces jefe ejecutivo, Martin Winterkom. Uno de los últimos sobrevivientes del círculo que incluye a Winterkom y al expresidente, Ferdinand Piech, Poetsch, era visto como una apuesta segura para guiar a la compañía a través de tiempos turbulentos. El primero de noviembre, él relevó a Winterkom como CEO de Porsche Automobil Holding SE, la empresa perteneciente a las familias fundadoras Porsche, que VW controla.
Los consejos de supervisión alemanes tiene el mandato de contratar y despedir a ejecutivos claves y firmar en las decisiones estratégicas. El panel se divide equitativamente entre las compañías leales y los más grandes accionistas por un lado, y los representantes de los trabajadores por el otra, esto para asegurar un balance de intereses. Después de las revelaciones realizadas el martes, el consejo envió un comunicado diciendo que está “profundamente preocupado” por lo mencionado, y anunció la probabilidad de “nuevas medidas y consecuencias”.
AÑO NUEVO
Poetsch “ha sido parte del sistema controlado y centralizado de VW por muchos años”, dijo Stefan Bratzel, director del Centro de Gestión Automotriz de la Universidad de Ciencias Aplicadas en Bergisch Gladbach, Alemania. “Será muy duro para él realmente empezar de nuevo”.
El ingeniero industrial de Austia, Poetsch, puede ser visto casi todos los años en las primeras filas de los conciertos de vals de año nuevo de la Orquesta Filarmónica de Viena. Personas cercanas a él dicen que tiene un temperamento que lo ha ayudado a sobrevivir a tres gestiones explosivas con cambios durante 12 años.
El austriaco se incorporó a Volkswagen como director financiero en 2003 después de períodos como CEO del proveedor de partes de automóviles Duerr AG y como jefe controlador de BMW AG. Él prefiere permanecer detrás de bambalinas, dejando en el escenario a Piech y Winterkom, ambos conocidos por obsesionarse en detalles de ingeniería y por dar respuestas bruscas a insuficiencias que se observen.
PARTIDO DE LOS TRABAJADORES
Por contraste, Poetsch responde típicamente a la confrontación con muchos detalles financieros antes de perder la calma, dijeron dos personas que atendieron a reuniones de nivel consejo con él. El ex CFO sobrevivió a la expulsión del CEO que contrató a Piech, Bernd Pischetsrieder, en 2006, y evitó contaminarse por un escándalo que involucró a representantes del partido de los trabajadores de Volkswagen.
Poetsch ganó la confianza de Piech y del resto de las familias que controlan la compañía al negociar un trato exitoso de una saga que duró 7 años y que vio a VW ganar el control del negocio de la producción de Porsche en 2012. La compleja estructura desarrollada por Poetsch para el recorte hizo que lo que pudieron ser mil millones de euros en impuestos se volvieran 100 millones de euros.
La maniobra también protegió la participación mayoritaria del clan Porsche en la empresa, ayudando a reparar las relaciones entre los miembros de la familia que habían estado en bandos diferentes durante el conflicto.
“Él ha dirigido una compañía muy compleja a través de extraordinarios procesos”, dijo Juergen Pieper, un analista de Bankhaus, Mtzler en Frankfurt. “Él tendrá que recurrir a su habilidad para mediar entre los diferentes partidos y personalidades fuertes para salir de esta crisis ".