Coordinador académico: Dr. Gustavo Vargas Sánchez

El Objetivo general: del CEEGEM es estudiar y analizar el desempeño microeconómico de las grandes empresas en México. Con esta actividad busca generar conocimiento en el campo de la microeconomía y la historia económica de la empresa, el cual pueda servir para profesores, investigadores, en sus actividades y en la formación de los estudiantes. Esta información y análisis también puede ser de utilidad para profesionistas interesados en la dinámica de crecimiento de las grandes empresas y corporaciones en nuestro país Objetivos particulares: 1. Realizar investigación sobre el origen y formación de las grandes empresas en México, así como de las familias empresariales en nuestro país. 2. Investigar y analizar el comportamiento de las Grandes Empresas Mexicanas: sus estrategias de crecimiento. 3. Organizar y sistematizar las fuentes documentales relacionadas con las empresas y familias empresariales. 4. Formular explicaciones del papel que las familias empresariales tienen en las grandes empresas mexicanas y en su desempeño. 5. Analizar las relaciones productivas y financieras entres las empresas y las organizaciones financieras financieros, en términos del crecimiento de las corporaciones nacionales.

El blog del CEEGEM tiene como objetivo: Difundir la información, noticias y los análisis relevantes de las actividades y estrategias competitivas de las empresas y corporaciones que operan en el mercado nacional. Se busca construir un espacio de análisis y debate para los profesores e investigadores cuyo objetivo coincida con el CEEGEM, destacando como objeto de análisis el crecimiento y las estrategias competitivas de las empresas en el mercado mexicano. Analizar desde un enfoque de la teoría de la empresa, la competencia, de la microeconomía, la historia, la organización, y los procesos evolutivos.

Se agradece al Proyecto PAPIIT: Los determinantes de la inversión e inversión en innovación de las grandes Empresas Mexicanas. Clave: IN306413


jueves, 11 de septiembre de 2014

La tercera revolución industrial; Forbes Mexico

     La Tercera Revolución Industrial

Todo estará conectado. Las economías se transformaran y quien no entienda eso estará perdido. Dinesh Sharma, vicepresidente global de Internet de las Cosas de SAP, dibuja los escenarios que se aproximan.
Escrito por Carlos Morales en septiembre 9, 2014
                                       

CIUDAD DE MÉXICO (FORBES MÉXICO). Los severos congestionamientos viales que la agobian a diario, le cuestan a la Ciudad de México unos 33,000 millones de pesos (mdp) cada año, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco). Pero, ¿qué pasaría si la solución a ese problema no estuviera en la construcción de segundos pisos, sino en el manejo más inteligente de los datos recopilados por miles, millones de aparatos, desde teléfonos inteligentes hasta cámaras de video vigilancia?
Ése es el camino que sigue desde hace algunos meses el ayuntamiento de Río de Janeiro, que ya recibe datos en tiempo real de los usuarios de Waze y Moovit(aplicaciones de navegación para automovilistas y peatones, respectivamente), a cambio de información generada por los cientos de sensores instalados por toda la ciudad. La idea es que la ciudad pueda tener una imagen más clara de la movilidad de sus habitantes y que las aplicaciones cuenten con información en tiempo real para dar un mejor servicio.
Ése es sólo un ejemplo práctico de cómo la Internet de las Cosas (IoT, del anglicismoInternet of Things) está transformando al mundo de forma silenciosa, pero que es prácticamente irreversible: la generación de las economías conectadas.
Dinesh Sharma, vicepresidente global de Internet de las Cosas de SAP, cree que se trata de la tercera revolución industrial en un siglo: “Nos tomó 100 años llegar a la producción en masa del automóvil; partiendo de los años setenta, a la economía de IT le tomó unos 15 años trastocarlo todo. Esta revolución tomará cinco o menos, y de ti depende aprovecharla o no.”
Dinesh platicó con Forbes México hace unos días en el marco del SAP Game Changers Day, un evento en el que detalló la visión de la compañía sobre el impacto económico que tendrá la hiperconectividad que ya se gesta en el mundo.
“¿Qué pasa cuando tienes gente conectada, negocios conectados y el IoT conecta todo lo demás? De repente, todo, las personas, procesos, datos y cosas, estarán en un solo entramado. Y es este cambio sin precedentes el que representa retos, pero la mayor oportunidad que hemos tenido hasta el momento”, afirma.

Nuevas economías
El IoT es un término que hace referencia a la capacidad que tienen los dispositivos de contar con una conexión a Internet y de comunicar determinados datos a otro aparato, para generar inteligencia que permita el uso más eficiente de los recursos. Sharma cita como ejemplo práctico de IoT la transformación del puerto de Hamburgo, que SAP llevó a cabo junto con Deutsche Telekom. Para mantener su competitividad, el segundo puerto más importante de Europa requería incrementar su capacidad de los nueve millones de contenedores que manejaba en 2011 a 25 millones en 2025; sin embargo, la expansión de infraestructura carretera o ferroviaria quedaba fuera de toda discusión al no contarse con el espacio necesario.
La solución planteada por el equipo de trabajo fue tan simple como efectiva: dotar a todos los contenedores, así como a los 5,000 camiones que entraban y salían del puerto, de un sistema de Telemática para integrar todos los datos de ubicación en tiempo real de cada uno de ellos en una plataforma común que permitiera determinar en dónde debía estar cada camión en el instante exacto, y así maximizar la eficiencia de carga y descarga al eliminar por completo los tiempos muertos.
De acuerdo con Gartner, para 2020 el número de smartphones, tabletas y PCs en uso rondará los 7,300 millones de unidades; mientras que el IoT crecerá unas 30 veces, desde los 900 millones de aparatos conectados en 2009 a 26,000 millones. La firma estima que el tamaño del negocio para los proveedores de productos y servicios de IoT será de unos 300,000 mdd, mientras que cuantifica el valor agregado que dará a la economía global en 1.9 billones de dólares. Aprender a obtener el mayor provecho de ellas determinará la supervivencia de un negocio o la prosperidad de las urbes.
“Es por eso que pensamos en el IoT como el sustento de la economía conectada; un tejido de redes de negocios y redes de personas es el catalizador”, dice Sharma.
El ejecutivo se refiere a esta nueva era como la “economía conectada”, la cual, explica, tiene entre sus tres rasgos más característicos ser:
Cambia la perspectiva de la propiedad pues nos enseña que si hacemos un mejor uso de nuestros activos, los optimizamos y ahorramos de manera importante. Ecobici o Airbnb son ejemplos de esa economía compartida. Existe un impacto a nivel empresarial, también. “Hoy tenemos el Equiptment as a service (EaaS), las compañías solían ser dueñas de las cosas y acostumbraban a gastar en esas cosas. Ahora han descubierto que el EaaS es una excelente opción en cada vez más áreas de operación”, dice Sharma.
Directa. Se salta al intermediario. Dinesh refiere que en Estados Unidos ya hay casas que generan más energía eléctrica que la que consumen, lo que les permite enviar parte de ésta a la red. Esto implica un cambio de modelo para las compañías proveedoras de energía.
Personal. Las nuevas capacidades de la economía conectada permiten personalizar cada vez más cosas, desde la programación televisiva hasta el diseño de ropa o gadgets.
 
Las últimas fronteras
Sharma porta una Flex, la pulsera vestible que monitorea la actividad física y la calidad del sueño del portador y la que es fabricada por Fitbit, firma en la que SAP es inversionista. Cuestionado sobre la viabilidad y potencial de los wearables, Dinesh afirma: “Vemos esto como una oportunidad significativa para la industria del cuidado de la salud, la cual creemos que es, en un nivel conceptual, más bien una industria del bienestar. La industria mundial se enfoca en cuidar de los enfermos, no de los sanos. Te arreglo cuando algo está mal contigo, pero ésa no es la manera en como se debe cuidar de las personas”.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya hay casos de compañías que dan fitbits a sus empleados para monitorear su actividad física y ayudarlos a mantenerse en forma —otorgando, a cambio, bonos y otro tipo de incentivos—, con el fin de aligerar la carga que representa el pago de pólizas de seguros.
Pero ese impacto puede ser aún mayor, afirma Sharma: “Buena parte del PIB de los países industrializados se destina al cuidado de la salud. ¿Qué pasaría si redujéramos en 1 o 2% ese costo?”
Si bien Danesh celebra el nivel de datos e información que proveen los wearables, reconoce que aún no se crean las killer apps entre esos aparatos; “las Waze de su área”, pero “en definitiva, creo que son importantes”.
Esa relevancia se advierte con mayor claridad en el mundo industrial: “La manufactura ya los usa. En la minería o en campos petroleros no siempre es necesario tener a la persona indicada en el momento indicado. Hoy personal operativo con Google Glass puede transmitir en tiempo real a la persona encargada de mantenimiento lo que ve y recibir instrucciones para actuar en respuesta. Si no estás aprovechando las funcionalidades del equipo que compras, estás en desventaja”.
Además de los vestibles, las casas conectadas son otra de las tendencias con mayor auge en la actualidad.
Hace un par de semanas, Samsung, Intel y Dell anunciaron la creación de Open Interconnect, un consorcio que buscará establecer parámetros comunes para conectar aparatos del hogar que compitan con los planteados por la iniciativa All Seen Alliance, impulsada por Qualcomm, Microsoft, LG, Cisco y una veintena de jugadores más.
¿Se avecina una guerra de plataformas? Sharma cree que no: “Los estándares siempre son buenos para facilitar la adopción de una tecnología, pero siempre es posible crear infraestructura que conjunte los diferentes tipos de sistemas telemáticos y los agregue a una plataforma de datos común. Esos estándares son particularmente valiosos en sitios con activos de bajo valor, como focos, por ejemplo. Ése será uno de los problemas que enfrenten las casas inteligentes porque no se trata sólo de Intel, Samsung, Qualcomm, LG en un lado o Apple en otro, y Google en otro más. En SAP vemos esa tecnología y podemos desarrollar sobre ella, no jugamos en esas capas, no es que no nos interese, pero podemos manejarlo. Tomará tiempo.”

¿Big data? No todo
El crecimiento exponencial en el número de aparatos conectados tendrá como consecuencia una explosión en la generación de datos.
El análisis de grandes cantidades de ellos es otra de las tendencias que las compañías exploran para liberar el potencial que tiene esa información recolectada en su operación cotidiana. Sharma sugiere que existe una cierta perversión de la forma en como se hace la recolección y análisis:
“Quizá lo más importante del procesamiento de información es la calidad de los datos. Debe haber una inteligencia. Uno de los componentes clave de la economía conectada es que no necesariamente hay que almacenar todo ni monitorear permanentemente. No hay una medida que se ajuste a todos. El monitoreo inteligente se convertirá en la piedra angular de la economía conectada y el IoT. Más que BigData necesitamos Smart Data.”
El vicepresidente global de Internet de las Cosas de SAP agrega que distintas industrias irán a ritmos distintos, y dentro de ellas las diferentes áreas, como logística o la cadena de abastecimiento, también: “Es una maratón, tomará tiempo. Todas las cosas de las que estamos hablando como novedades asombrosas se convertirán en la norma en el futuro. Todas las industrias, todos los negocios en el planeta, y eso es lo más emocionante del asunto, serán tocados por el Internet of Things.”

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