Editorial 3 de septiembre
Dr. Gustavo Vargas
La editorial en esta oportunidad es para comentar una serie de noticias
sobre lo que se está llamando “La revolución automotriz en México”.
La empresa coreana KIA filial de Hyundai. Anunció que invertirá en
México 1,000 MdeD y sus proveedores otros 1,500 MdeD. Hyundai es el
primer fabricante de autos en Corea, y el segundo mayor conglomerado de
empresas de ese país después de Samsung. Es el segundo mayor fabricante
de autos de Asia y el quinto a nivel mundial. La inversión de esta empresa
forma parte de una oleada de inversión en esta industria en México: en 2012
Nissan-Renault invirtió 2,000 MdeD; Ford, 1,300 MdeD; en 2013 Volkswagen 1,300
MdeD; en 2014 Nissan-Daimler 1,300 y ahora KIA 1,000 MdeD. Esto apunta a
confirmar que la industria automotriz se transforma en un motor de le economía
mexicana y la región central de México en el nuevo Detroit de América.
Una de las debilidades del mercado automotriz nacional ha sido su bajo nivel
de ventas de autos nuevos, que sumaron 1 millón 063,000 unidades en el 2013, y
las importaciones de automóviles usados, que ascendieron en ese mismo año a
cerca de 650,000 unidades.
Una de las ventajas en contraste es que el 10% de automóviles ligeros
vendidos en Estados Unidos son fabricados en México y 89 de las 100 principales
empresas de autopartes a nivel mundial cuentan con presencia productiva en el
país. Sin embargo existen señales de recuperación del mercado. En los primeros
cinco meses del año la producción y exportación de vehículos ensamblados en
México alcanzó un nuevo récord histórico, al fabricarse un millón 310 mil 250
unidades, de las cuales 83 por ciento se destinaron para el mercado externo y
17 por ciento restante corresponde a unidades para el mercado nacional. Este es
el mayor nivel de ventas registrado de enero-mayo desde 2004. De enero a julio
la tendencia continuo, se produjeron un millón 857,228 vehículos, lo cual
equivale a un crecimiento de 7.5%, Las exportaciones suman un millón 505,505
unidades lo que implicó un aumento de 11.2 por ciento.
La competencia entre los oligopolios es a nivel global y regional: Por
ejemplo, General Motors Co. invertirá 2 mil 800 millones de dólares en
Brasil en los
próximos cinco años, dijo la presidenta ejecutiva de la automotriz, Mary
Barra. La producción de autos en USA no está cerrada a pesar de sus altos
costos, por ejemplo, General Motors (GM) traslada de México a Tennessee
la fabricación de su todoterreno Cadillac SRX a su planta de Spring Hill. En
este contexto competitivo, la zona centro de México se ha convertido en un polo
de atracción para los complejos automotrices.
La estrategia de esta empresa KIA es: a) ubicarse en Monterrey por su
ubicación geográfica y conexión en transporte hacia Estados Unidos, con una
capacidad de máxima de producción de 300 mil autos por año, y estará
lista para 2016; b) tomar a México como plataforma de exportación y en
segundo lugar como mercado de venta; y, c) Segmentar el mercado, pues en
el mercado local buscará competir en el segmento de consumidores de altos
ingresos que compran autos compactos y camionetas SUV. Esto se explica por el
dinamismo en el crecimiento de este subsector.
Las estrategias competitivas a través de fusiones y adquisiciones, en
el mercado automotriz son diversas, y toman también la forma de alianzas
estratégicas, por ejemplo las automotrices Daimler y Nissan finalizaron
en junio-julio un acuerdo de asociación conjunta para fabricar automóviles
compactos Mercedes e Infiniti en México. La misma empresa Nissan opera como una
alianza entre Renault-Nissan.
La Fusión histórica entre Fiat Chrysler es otro ejemplo de estrategias
competitivas en este sector. Esta estrategia creó del conglomerado
Fiat Chrysler Automóviles FCA, cuya sede central abandonará Italia y se
desplazará al Reino Unido, con lo cual se convierte en el séptimo
grupo de fabricación de vehículos más grande del mundo. Con esto la antigua
zona industrial de Turín, donde se produjeron por décadas los principales
modelos de Fiat es ya un “recuerdo”, las líneas de producción fueron
desmanteladas y trasladadas a otros países como Polonia, donde la mano de obra
resulta más barata. La FCA incluirá las marcas Jeep, Ram, Dodge y Chrysler así
como a Fiat, Maserati, Alfa Romeo y Ferrari-Lancia.
El mercado oligopólico nacional. La entrada de KIA muestra que aún en un
mercado maduro como el de la industria automotriz la competencia por la
participación en los mercados rentables es muy fuerte. Actualmente el mercado
automotriz nacional es de carácter oligopólico y está dominado por una docena
de grandes conglomerados entre los que dominan: Nissan, VW, Hyundai, Mazda,
Toyota, VMW, Mercedes Benz, Ford, Chrysler, General Motor, Fiat, y Faw,
entre otras. Las importaciones están dominadas por empresas de origen
Asia con 42%, del TLCAN 26%, de Europa 18% y del Mercosur
14%.
Algunas de las características de los mercados oligopólicos que la
industria automotriz puede ejemplificar, son que las pocas empresas que lo
conforman las cuales tienen capacidad para fijar precios. Un mercado
oligopólico no es estático, es dinámico pues se pueden observar
innovaciones de tipo incremental, existen proceso de copia y de difusión de la
tecnología, desarrollan estrategias de financiamiento, nuevos planes y
estrategias de crédito, nuevas formas de organización, sus decisiones de
inversión y de sus proveedores tienen la fuerza como para crear un
Clúster, pueden entrar nuevas empresas y segmentar el mercado. Grandes
conglomerados pueden entrar a nuevos mercados como es el caso de
KIA. Finalmente, en un mercado oligopólico global existe
interdependencia, el movimiento de inversión de un conglomerado es seguido por
los otros, en este caso KIA su decisión de inversión es sin duda, una respuesta
estratégica en este mercado a las decisiones de inversión de las empresas
automotrices que ya operan en México.
En este sentido, El mercado de autopartes se presenta como una oportunidad
para la inversión, pues según ProMéxico se importa 71% de la demanda total de
procesos en la industria automotriz, por lo que existen grandes oportunidades
de inversión, sobre todo en estampado, fundición, forja y maquinado. Por
ejemplo, Nemak, la filial de autopartes del Grupo Alfa, invertirá 100 millones
de dólares para la construcción en México de una nueva planta de componentes
automotrices de aluminio. A su vez, Grupo Industrial Saltillo (GIS)
desembolsará 110 millones de dólares, junto con TRW Automotive Holdings, para
instalar en México una planta de fundición de hierro nodular.
Nemak es el principal proveedor de cabezas de motor y monoblocks para las
operaciones del Grupo Volkswagen en Norteamérica, Europa y Sudamérica, para
quien desarrolla componentes para vehículos de las marcas Volkswagen, Audi,
Porsche, Seat, Lamborghini y Skoda. Adicionalmente, está construyendo una
planta en Rusia.
Sin duda la dinámica del mercado de automóviles en México es un buen ejemplo
de un mercado oligopólico global, en el cual las grandes corporaciones
crean estrategias competitivas para disputarse espacios económicos
rentables.